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Los reyes del mundo se han entregado a la prostitución con ella, y los habitantes de la tierra se han emborrachado con el vino de su prostitución.»

Luego, en la visión que me hizo ver el Espíritu, el ángel me llevó al desierto.

La mujer sobre el monstruo

Allí vi una mujer montada en un monstruo rojo, el cual estaba cubierto de nombres ofensivos para Dios y tenía siete cabezas y diez cuernos. Aquella mujer iba vestida con ropa de colores púrpura y rojo, y estaba adornada con oro, piedras preciosas y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena de cosas odiosas y de la impureza de su prostitución;

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